La llanura solemne en su manto infinito nos ha de servir de morada, tus lloriqueos son música, son alimento. Aquí esta la sangre de tus muertos, los sueños de tus vestigios, el alma seca de tus madres. El desierto y tu madre serán en delante la misma cosa. En este crisol se entremezclan todas las cosas del universo. El fuego ardiente ira fundiendo nuestro nombres en algo aun mas concreto, mas abstracto, mas seco. Esta noche has de por fin atravesar el desierto, has de sobrevolar el calvario. Antes del alba te negaras tres veces, tres veces has de maldecirte, tres veces caerás sobre tu propio peso. Esta noche será conclusión, será definición, esta noche estarás sentado a nuestra derecha en el paraíso. Ha de ser esta la noche de tu creación, de transmutación. Noche alquímica, noche de los druidas, de los hechiceros, de inquisición, de alquimistas triunfosos, de rabia desbordada, de caudales reminiscentes de otros tiempos, de clepsidras y faros tiesos. Esta noche he de terminar de crearte y todo el equipaje quedara inservible y tu pasado será un instrumento obsoleto.
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