diciembre 12, 2009

Recuerdos

Estaba yo recordando los antiguos tiempos y me vino a la mente aquel dia de 2003 en que comence a escribir. Entonces la curiosidad me hizo buscar por un viejo post de un foro ya difunto y encontre que en el archivo web  (http://web.archive.org) tienen una pagina donde sale uno de mis post, el segundo creo (mi segundo relato (: ) y aunque no viene el post en sí, viene la pagina principal del foro y si ven las categorias, abajo donde esta el foro de escritores ahí, a la derecha la última actualización es mia. jajaj que buenos recuerdos.

http://web.archive.org/web/20031202165153/hellsoft.insertcdr.com/foros/

Luego si encuentro el texto (creo que es bastante malo) lo pongo.

diciembre 07, 2009

Ejercicio tripas

Pisas la alfombra que adorna el vestíbulo y el tiempo comienza su marcha atrás. El reloj tal vez se detuvo un instante antes de estirar su brazo hacia el pasado: Tal vez no hubo un segundo por que al marcar las doce esa manecilla juguetona era ya cosa de un tiempo incierto que decía: Once cincuenta y nueve. Nosotros no nos hemos alarmado con este suceso; quizá y solo lo hemos notado vagamente por que tú, al pisar la estera persa ya estas en otro tiempo. Te pusiste sobre aquel trapo extendido en el suelo y alargaste hacia nosotros unas palabras irreconocibles, un conjuro: “Esta es la formula”, es lo que has dicho pero yo he entendido otras cosas, algo que has dicho ya antes o tal vez dirás más adelante en el tiempo. Al decirlo nos envuelve un remolino de naturaleza imprecisa, tu esencia ha de fluir adelante del tiempo, atrás del tiempo, desparramándose en aquel movimiento sin principio, sin fin, ni ciclo. Te has indefinido al entrar en este vestíbulo incierto.

Yo miro el reloj y se que no solo no ha avanzado, sino que ya es media hora mas temprano, nos vemos acaso en reversa sabiendo que esta indecisión temporal no inquieta. Imposible suponer que la máquina sea defectuosa. El aire ha puesto las palabras de nuevo en tu boca, tus palabras, esa formula, eso que regresa apresurado a tus labios no es lo que ha propiciado este extraño momentum.

Los espejos han perdido el reflejo y son meras cuencas oscuras que conducen lejos. El aire va apareciendo hasta concretarse sólido, acumulado con cada paso atrás que avanza el segundero. Tú ves el polvo evaporarse de las cosas y recuerdas algo que quizás aún no ha sucedido. Las sombras en retirada tropiezan con la madera de las cosas y los pensamientos. Me vienen a la mente grandes imágenes que revientan en mi cabeza y que se van diluyendo, minúsculas en un olvido que bien podría ser recuerdo. Yo no sé como es que todo esto va aconteciendo, como es que el tiempo se va empalmando a tropiezos. Soy la clepsidra cuya sangre se va invirtiendo; Me derramo y me lleno. Haz cruzado el umbral del tiempo incierto, dices unas palabras, un conjuro quizás. Hemos quedado atrapados en el reverso del tiempo.

noviembre 26, 2009

Ejercicio dos

Se pone la corbata en la mañana con todos los ademanes de un gato. Aletargado frente al espejo se imagina con la cara sumergida en el fango, con la cara fuera del fango, con el rastro del tiempo enlodado bajo la cuenca de sus ojos. Se mira al espejo inspeccionando la sonrisa, y preparando el gesto para ir al trabajo. Entonces comienza a alucinar que porta orgulloso su saco rojo, erguido como tomando la batuta, firme como un general en guerra. Se siente hiperbólico en sí mismo, caminando entre la clientela como si dirigiera un circo; siente como la realidad se desespera por aniquilar esa farsa y se voltea la moneda, y comienza a verse pequeño y cabizbajo caminando entre un rió de lodo. Todo se turna adverso y el se empeña por levantar la cara sin tomar en cuenta la ironía. Se da cuenta entonces que ha soñado y se ve de regreso en el espejo.

Peina su cabello, despunta su bigote y lava sus dientes. El tiempo va llegando. Se sube el pantalón y se abrocha el cinto, luego se sienta en la cama y piensa en sus zapatos decrépitos. Y por inercia se toma la cara por que siente cómo la arrugada y correosa piel de sus zapatos es la misma que le cubre los huesos. Toma las agujetas y las ata como si lazara un caballo, con fuerza y destreza hasta dejar un nudo perfecto al centro. Entonces cuando termina se levanta para atravesar la sala, hasta llegar al comedor y luego a la cocina; abriéndose paso en busca de comida. Más en el refrigerador todo esta podrido y hace un mes que no va de compras y tiene que conformarse sólo con café negro.

Mira el reloj y ve que son las ocho cuarenta y cinco; el tiempo sigue viniendo, acelerando el paso lentamente como locomotora. Repasa bien algunas cosas en la cabeza y trata de olvidar que el rencor no cesa. Camina hacia la sala y busca sobre los muebles algo de cambio, posando bien los ojos en los rincones y las repisas, detalle a detalle hasta que tiene la impresión de que todo aquello esta hecho de viento, fino y afilado, y que todo en su cabeza comienza a girar con un impulso ciclónico. Entonces se ve en medio de un páramo yermo entre la desolación infinita y la siente hacer eco adentro, y todo va cubriéndose con el frío de la tundra y ahí esta él: congelado en su noche polar mientras la locomotora va agarrando vuelo hasta tornar imparable, y el estrépito de la alarma viaja en su efecto Doppler y dice que ya solo faltan cinco. En su cabeza se esfuman las ilusiones y toma el saco rojo del perchero apresurándose para alcanzar el autobús de la esquina,y al ponerse fuera siente que cae el sol tibio. Sale así, apurado a la calle; donde lentamente se va sintiendo menos solo en la medida en que se le va quitando el frío.

Fin.


noviembre 19, 2009

Micro-ficción

De esto, nadie nunca supo nada.

Fin.


( Esta microficcion es una entrada para el concurso mensual de minicuento de www.lashistorias.com.mx, pueden ver las entradas del concurso aqui: http://www.lashistorias.com.mx/index.php/archivo/concurso-49/comment-page-1/#comment-7606

ejercicio, escena uno.

El viejo da vueltas por la pieza y piensa: "Qué sera con las cosas que parecen envejecer en si mismas". Sus movimientos son desesperados pero remotos, agitando los brazos y dando círculos en una espiral que amenaza en en convertirse torbellino por el increíble agetreo que crea con convicción el viejo, con toda la seguridad de que aleteando el polvo romperá también el hechizo del tiempo , pero este permanece sobre las cosas con su velo de bella durmiente. Esta sólo en el crepúsculo en una habitación envejecida, con sus antiguas paredes marrón oscuro, con su ventanita de luz difusa, con el catre y con la mesita de lado. Sobre la mesita la luz cae en un ángulo misterioso, apenas dejando ver la silueta vaga de un libro y algunas notas sueltas, que podría haber escrito él mismo.

El viejo parece cuervo meneandose por la habitación y trata de organizar sus pensamientos. Se acerca al fogón, que arde con fuego nuevo y se sirve una taza de café para beber el amargo liquido de sus malos recuerdos; Así, con cada trago embriagante comienza a enlodarse el tiempo, y los pulsos del reloj parecen tropezarse, y cada ves les toma mas tiempo el regreso, y el pozo de los segundos va haciéndose profundo en sus intervalos, y así continúa hasta el último momento, cuando se detiene el latido y emerge brusco e imparable un recuerdo: Se ve cuando era niño parado en este sitio , donde aún no hay nada y siente el cuarto erguirse con su piel pelona, con su ventana solitaria que le da el aspecto de un tuerto. Siente, la tierra que se amasa violenta, fundiéndose con las estiradas vigas en aquel edificio erizado hacia el cielo, flaco y orgulloso. Ve las cuatro paredes levantarse alrededor dejándolo encerrado y piensa que todo tiene que ser una terrible pesadilla, mientras que se le electrizan los vellos del cuerpo. Ya había tenido esa misma emoción hoy mismo, al pasar frente a la fachada; Ese sudor frió y la paranoia, como si el cuarto le mirara vigilante, con el único ojo bien abierto, con una mirada triste y persistente, tratando de mantener en alto una cara que se le estaba cayendo a pedazos. "Mi padre." Dijo, y salió del trance.

"Mi padre." Dice el viejo y el tiempo inicia su lento paso de locomotora que emprende el movimiento. Entonces mira el reloj, borra toda expresión de nostalgia del rostro y siente cómo las cosas agonizan delante de él, y cómo las cosas agonizan detrás de él, y cómo el mismo ha de volverse una mera maraña de polvo como dicen los evangelios. Con ese pensamiento en la mente se yergue, aclara la garganta y da la orden de un grito para que pongan el candado desde fuera. Y todo esto fue como debió haber sido hace cuarenta años cuando encerraron a su padre para que muriera en silencio.

Fin.

octubre 17, 2009

Pigs on T.V.

La chica se sienta en el sofá y por primera vez en mucho tiempo detiene la vista y la conciencia en el mundo. Estira su mano como si atravesara un océano y toma el remoto:

Canal uno.- Muerte, guerra, armas, destrucción masiva.
Canal dos.- Tres tipos de cerdos sonríen.
Canal tres.- Sexo al portador.
Canal cuatro.- Estupideces a precio de oferta.
Canal cinco, Canal seis, Canal siete...

Puercos, putas, sangre, todo humo, todo destruye, todos reímos. La chica apaga el televisor u se recuesta dando un suspiro, en su mente giran las imágenes, las maldiciones, el olor a colonia barata. Basura, basura redundante y pútrida forman las paredes del laberinto. El tiempo no existe, la chica cierra los ojos y repasa de nuevo en su mente - No quiero estar aquí, NO QUIERO ESTAR AQUÍ, NO QUIERO - la chica grita y desaparece.

julio 16, 2009

Dostoievski's Double.

Es ahora mi temor mas grande el salir a la calle y encontrarme, inevitablemente, cara a cara con mi doble.

Hemos intentado descolgar los espejos, hemos pasado las noches en vigilia, hemos escrutado el silencio de nuestro resuello, nos hemos llamado con otros nombres, he marcado mi cara y en la tuya se ha dibujado el símbolo.

Quise pensar en algo distinto, quise llamarte impostor, rufián, estafador, copia. Tu estas en el otro extremo,eres otro yo, eres yo, eres mi sombra, mi reflejo, has venido del otro lado del espejo.

Mejor lean al maestro ruso.

julio 03, 2009

Borges y la pasion.



»Era preciso que las cosas fueran inolvidables. No bastaba la muerte de un ser humano por el hierro o por la cicuta para herir la imaginación de los hombres hasta el fin de los días. El Señor dispuso los hechos de manera patética. Tal es la explicación de la última cena, de las palabras de Jesús que presagian la entrega, de la repetida señal a uno de los discípulos, de la bendición del pan y del vino, de los juramentos de Pedro, de la solitaria vigilia en Gethsemaní, del sueño de los doce, de la plegaria humana del Hijo, del sudor como sangre, de las espadas, del beso que traiciona, de Pilato que se lava las manos, de la flagelación, del escarnio, de las espinas, de la púrpura y del cetro de caña, del vinagre con hiel, de la Cruz en lo alto de una colina, de la promesa al buen ladrón, de la tierra que tiembla y de las tinieblas.

J.L.B. La secta de los treinta.