noviembre 20, 2010

Gone Prime.

John, el astronauta esta mirando por la ventanilla del cohete el alejarse del planeta y siente el repentino aparecer de la soledad infinita del espacio. Treinta semanas en la estación mas alejada del planeta, sin incluir los nueve meses de vuelo ida y vuelta. La estación se le antoja como una blanca sepultura helada, con sus paredes de un futuro inventado, la baja gravedad y el aire fabricado que provoca mareos. Al llegar sera recibido por una maquina, le dirá: “Bienvenido a la estación 244, por favor póngase cómodo”. Atónito ha de responder : “Te llamaras Pascal en honor a alguien.” como tratando de imponer una jerarquía entre el humano y la maquina. Mira por la ventanilla y baja la vista como queriendo bajar la voz mientras piensa en el vacío infinito, en tiempos y distancias incomprensibles, en teorías y realidades y fuerzas. Lentamente va cayendo por el hoyo negro que tenemos en el centro del alma y va mirando dentro de si mismo mientras imagina profundidades inconmensurables y comienza a sentir algo negro y denso que tiene atorado en las entrañas.

El descorazonado aspecto del espacio le llena la vista imaginando su próxima vida, contemplando mentalmente toda esa soledad absoluta, viendo llegar las alucinaciones y luego la locura. Treinta semanas en descenso al infierno. Treinta. Ve a la maquina en su mente tratando de mantener el orden en un lugar donde en realidad nada importa, por que su ubicación esta perdida en la inmensidad del Universo, y tu eres tal vez el único acto de conciencia presente. La maquina es un programa, no se da cuenta del fugaz suspiro de tiempo que significamos ni de el absurdo juego para el que fue construida, la maquina no entiende nada de intrascendencia. Tu sabes las minúsculas consecuencias y lo aceptas y la nave va perdiéndose en la lejanía del espacio y estrechándose en el tiempo mientras que tu pegado a la ventana piensas en esto. El escenario esta preparado, suspiras y te preparas para actuar tu odisea de la nada, treinta semanas lejos e inconsecuente en el espacio y en el tiempo.

Alfonso Carrasco Velo